La Orden: El Templo — I. El recinto sagrado y de residencia

Templo es un término que en la Orden de la Sangre se utiliza para denominar tanto el lugar físico dónde se rinde culto y residen los sacerdotes, como la institución que los reúne y organiza. En este texto nos referimos al primero.

Tradicionalmente, los templos son subterráneos y la entrada está oculta o disimulada por accidentes geográficos (una cueva por ej.) o por edificios. Disponen de un único acceso, protegido mágicamente tanto de intrusos como de otros inconvenientes, igual que las ventanas y la estructura. Están excavados en puntos que disponen de energía mágica de forma natural, a menudo partiendo de cuevas ya existentes. Están formados por varios niveles descendientes, partiendo de la superficie y bajando hasta encontrar el punto más cercano posible a la fuente de esta energía.

La parte sagrada está en la parte más profunda, alrededor de la fuente energética, y está formada por: una gran sala pública dónde se celebran las ceremonias y ritos colectivos, y de salas o cuevas encantadas que utilizan los sacerdotes para rituales y ejercicios privados.

La zona de residencia se sitúa por encima, elevándose hasta llegar a la superficie y dispone de los dormitorios, de áreas comunes y de trabajo. Solo los niveles superiores disponen de luz natural y depende de la orografía de cada templo cuantas de sus estancias pueden disfrutarlas. Tienen siglos de antigüedad, no disponían de electricidad ni agua corriente en el momento de su fundación. De este modo, aunque las zonas de trabajo e intendencia, así como la biblioteca y el comedor común, siempre están cerca de la superficie, la distribución se adapta a las particularidades de cada templo respondiendo a necesidades prácticas.

La zona sagrada:

A ella solo pueden acceder los iniciados, está separada del resto del templo por una sola puerta.

La Gran Sala de Culto: Es la nave dónde se celebran los ritos públicos. Se sitúa en el nivel más profundo y consiste en una gran sala, habitualmente excavada, con techo alto y paredes de piedra sin ventanas. En un extremo se sitúa el altar y tras él el trono del shanadi bajo un tapiz tras el que se oculta la forma de la diosa para que todos puedan mirarla. Carece de mobiliario y de decoraciones, los elementos necesarios para cada ceremonia o rito se colocan y retiran en el momento de celebrarlo. Es la única parte de la zona sagrada a la que pueden acceder todos los adeptos, sus puertas permanecen abiertas y solo se cierran durante las ceremonias. Los adeptos la utilizan para meditar, reflexionar y rezar.

La sala de invocación: Se sitúa al otro lado del muro tras el altar y es la sala dónde se invoca a la diosa antes de las ceremonias. Solo el shanadi y el izani tienen acceso libre a esta sala, que permanece cerrada con llave. En ella reside la esencia de la diosa y es de esa sala, vacía de elementos físicos y en permanente oscuridad, de dónde emana el poder mágico del templo.

Las salas o cuevas encantadas: Se sitúan alrededor y por encima del salón de culto y la sala de invocación. Son pequeñas cuevas o estancias consagradas, que utilizan los sacerdotes para sus ejercicios mágicos o espirituales. No hay un número fijo de estas salas, pueden haber más o menos en función de las dimensiones de cada templo. Las hay dedicadas a cada uno de los cuatro elementos (húmedas, aéreas, calientes o boscosas según la denominación tradicional) y también a los caminos de la diosa (rojas, verdes y azules). Todos los sacerdotes pueden acceder a todas las salas elementales, no así con las de Shakah. Los simples sacerdotes solo pueden acceder a las rojas, los magos a rojas y verdes mientras que Ilanis, izani y shanadi son los únicos con acceso a todas ellas (incluyendo las azules). Cuanto más profunda, más poderosa es la sala, independientemente de a qué esté dedicada.

La zona residencial:

Es la parte dónde viven los sacerdotes y pasan el día a día, trabajando y estudiando.

La biblioteca: Situada cerca de la superficie, es dónde se guardan tanto los libros y tratados de estudio, como los archivos y la documentaciones de gestión. El responsable de su gestión es el archivero, que será siempre un mago de alto nivel. Se compone por:

  • la sala pública: Dónde los libros de consulta están a disposición de sacerdotes y acólitos.
  • El depósito: Dónde se guardan los libros y documentos restringidos, que hay que solicitar al archivero.
  • El archivo: Dónde se guarda tanto la documentación de gestión diaria como la pendiente de clasificar y archivar.
  • La sala de estudio: La zona común dónde se consultan, estudian y trabaja.
  • Los estudios privados: Cada consejero, además del izani y el shanadi disponen de un estudio privado para trabajar junto a la biblioteca.

El comedor: También situada en la zona alta, consiste en una gran sala con mesas para nueve comensales. En esta sala se celebra la cena diaria, que consiste en un rito sagrado al que solo pueden asistir los sacerdotes. Los sacerdotes se sientan según su nivel, siendo la presidencial la más alejada de la puerta. En ella se sientan shanadi, izani y consejeros y se sitúa sobre una tarima, por encima del nivel del resto de mesas. El número de mesas varía en función del número de sacerdotes en el templo y están colocadas según el nivel de los comensales. Los magos de alto nivel junto a la presidencial y los sacerdotes de bajo nivel más cerca de la puerta. La sala queda a disposición de sacerdotes y legos durante el día para cualquier uso que se le quiera dar, solo se cierran las puertas y se restringe su uso durante el ritual de la cena. Es habitual que se le dé un uso social, ya que este y el salón de culto son las únicas estancias de grandes dimensiones.

La sala del consejo: Es la sala dónde se reúne el consejo de magos, también con luz natural disponible, consiste en una sala con una gran mesa alrededor de la cual se sientan los consejeros. La preside el izani en el extremo más alejado de la puerta y frente a él se sienta el consejero de menor nivel. Tras la silla del izani se sitúa un trono para shanadi colocado sobre una tarima. El shanadi tiene la opción de asistir a las reuniones y la potestad de sancionar o vetar cualquier decisión que se tome. Esta sala no se usa solo para reuniones oficiales, sino también para reuniones de trabajo y estudio en los que puede estar el consejo al completo o solo parte de él.

Las salas comunes: Pequeñas estancias que están disponibles para el ocio de los sacerdotes. Aunque también se utilizan para reuniones de estudio y trabajo, el mobiliario del que disponen no suele ser el más adecuado para ese uso. Las hay en todos los niveles y pueden disponer o no de luz natural.

La intendencia: Cocina y lavadero, se sitúan en la parte alta para disponer fácilmente de agua y ventilación. Despensas y almacenes, en sus cercanías, aprovechando huecos demasiado pequeños o sinuosos para otro uso. No existen cuartos de baño propiamente dichos. Los sacerdotes disponen en sus dormitorios de jofainas para el aseo y orinales para otras necesidades. Para las zonas comunes se recurre a letrinas exteriores. Solo los magos de más alto rango disfrutan de una bañera y en los templos más “modernos”, de una comuna.

Los dormitorios: Son individuales y se ordenan según el rango, los de niveles más profundos y más cercanos a la zona sagrada, corresponden a los gobernantes (shanadi e izani, o ilani dependiendo del templo, junto con los magos de alto rango). Sobre ellos se sitúan los magos y sacerdotes que les siguen, acercándose progresivamente a la superficie, hasta encontrar los de los sacerdotes en fases iniciales junto a las zonas comunes o justo debajo de ellas. De este modo se da la paradoja de que las habitaciones mejor ventiladas e iluminadas, suelen ser las de los sacerdotes sin rango, mientras que la élite del tiempo duerme en cuevas sin ventanas, más parecidas a una mazmorra que a un dormitorio.

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